Texto: Viviane Ferreira
Tradução: Carlos Rodrigo de Oliveira
Memorias de Paulo Leminski
Soy
Paulo Leminski Filho. Soy mestizo, puesto que mi padre era polonés y mi madre de
color negra. Dicen que siempre llamé la atención por mi intelectualidad, mi
cultura y genialidad. La verdad es que todos esos títulos provienen de mi
inconstancia. Siempre estuve a la orilla de una explosión de ideas y poesías,
las cuales dieron origen a una amplia obra. Escribir fue la gran pasión de mi
vida, y no me acuerdo de vivir un día siquiera sin hacerlo, pero siempre tuve
una especialidad: me gustaba mucho más escribir poemas cortos, haicais y retruécanos…
Me encantaba también poder jugar con los dictados.
Mi vida fue llena de experiencias. Un
año de ella pasé en un Monasterio, creo que tenía como catorce años en esa
época; así, de la nada, también me acuerdo del momento en que viví en una comunidad
hippie. Conocí personas que nunca olvidé, como mi gran amigo Haroldo de Campos,
mi compañero en varias obras. Siempre tuve ganas de vivir la vida intensamente,
mismo a los diecisiete años cuando creía que era maduro lo suficiente para constituir
una familia. Me casé, y como ustedes imaginan, me divorcié. Mi inconstancia también
reflejó en mi vida profesional. Todo me encantaba… cantar, componer, escribir,
dar clases, traducir… No me refiero a la inconstancia como algo malo, pero sí
como una referencia a mi característica que más intrigó a las personas que se preguntaban: Al
cabo, quién es Paulo Leminski?
El fato es que no fui un solo. No
podría vivir en un mundo tan vasto. Y no sé si era la vida que cambiaba los rumbos
que yo tomaba: Fueron....dos bodas; me acuerdo de mis hijos e los hijos de mis
amigos corriendo entre los adultos mientras sus padres trabajaban, lo mejor de
todo es que se encantaban con diversas producciones; pero, me acuerdo también de los momentos tristes como la muerte de mi
primer hijo que tenía apenas diez anos de edad, tristeza contrastante con la alegría
de ver mis hijas con perfecta salud. Como puede una persona que transita por
tantas facetas ser apenas una; inmutable, previsible…
Mas, en resumen, la década de 70 fue
muy importante… caminé demasiado con mis archivos bajo el brazo, puesto que, como
he dicho a ustedes, las ideas surgían en momentos inesperados. Por eso mis
amigos se burlaban, y yo me burlaba también. En muy poco tiempo estaba con un
número muy grande de escritos y continuaba cargándolos a los lugares que yo iba.
Un día, casi terminando a la obra, no me acuerdo quien, pero alguien dijo: “Ahí
viene él, con aquel Catatau bajo su brazo”, me quedé extasiado de felicidad,
era justamente eso que yo buscaba, y en 1975 tuve la audacia de lanzar el
“Catatau”...
Las lenguas extranjeras me gustaban
mucho, porque a través de ellas lograba llegar a otras culturas, especialmente
cuando me sentía asfixiado, encarcelado, y necesitaba ir más allá de mis fronteras;
por eso me llamaban poliglota. Lo que puedo decir a respeto es que era una necesidad
mía, así como fue una necesidad formarme cinturón negro en Judo, así como era una
necesidad escribir. Todo lo que yo hacía ultrapasaba los conceptos de la
lógica, pero caben dentro de los conceptos del placer.
Perdí la cuenta de cuantas vidas yo
tuve, y podría tener muchas más si no fuera víctima de mi vida bohemia. Me acuerdo
de cuando supe de mi enfermedad, en ese momento no perdí mi vitalidad y no quería
que los demás supieran, pero fui lo más cristalino posible, dejando el siguiente
recado: “Este puede ser mi último texto. Quizá yo repita el destino de Fernando
Pessoa, a los 44 anos y del mismo mal. Nunca estuve interesado en envejecer, yo
que siempre amé la juventud. Quiero descansar en Curitiba, con el sonido de los
Beatles, con mi kimono de cinturón negro. Salgo de la embriaguez de vivir para el
sueño de otras esferas." A partir de entonces hice mi propio conteo regresivo.
En relación a la muerte puedo decir que esa es relativa, la cirrosis no logró llevar
más que mi cuerpo. Sobrevivo en mis lectores, mis versos, poemas, y poesías… continuo
más vivo que mucha gente en vida.
Essa pequena parte da história de Paulo Leminski foi apresentada pelo acadêmico Carlos Rodrigo de Oliveira no Recital do CELEM, do Colégio Estadual José de Anchieta, realizado no dia 8 de outubro de 2014, que contou com a participação das professoras Adriana e Evanira, e dos acadêmicos bolsistas Carlos, Franciele, Mirian e Viviane. Confira abaixo algumas das fotos do evento, bem como, de seus bastidores.
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Essa pequena parte da história de Paulo Leminski foi apresentada pelo acadêmico Carlos Rodrigo de Oliveira no Recital do CELEM, do Colégio Estadual José de Anchieta, realizado no dia 8 de outubro de 2014, que contou com a participação das professoras Adriana e Evanira, e dos acadêmicos bolsistas Carlos, Franciele, Mirian e Viviane. Confira abaixo algumas das fotos do evento, bem como, de seus bastidores.
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